Santa Brígida tiene una escultura huérfana en la subida al Reventón
(Foto: Juan Carlos Alonso)
En dirección a Bandama, justo antes de subir la cuesta de El Reventón, se encontraba una escultura que homenajeaba a la pisada de la uva, en una zona vitivinícola por excelencia. Desde hace unas semanas, un acto vandálico ha cercenado parte de la obra creada por la escultora Cristina Vasallo, y que se inauguró en 2010.
Hace algo más de dos años, el Ayuntamiento de Santa Brígida inauguró bajo el lema Monte Lestical-Cultura del vino sabor a tradición una escultura que servía de homenaje a la pisada de la uva, en la que se podía ver a una niña realizando el proceso de escachado de la uva, mientras su hermano pequeño, sentado, la miraba. Esto nos trasladaba a una vida rural en la que padres e hijos participaban de la pisada, en una jornada especial.
La escultora Cristina Vasallo hizo ese trabajo con mucho cariño. Las piezas de bronce ya formaban parte del entorno, pero un acto vandálico ha acabado con la escultura. El niño ha desaparecido. Lo desencajaron del muro donde estaba plácidamente sentado y se lo llevaron. La obra ha quedado huérfana.
«Lo cierto es que los dos estaban ubicados a la perfección, se miraban de manera cómplice a los ojos, y costó lo suyo conseguirlo», ha comentado la autora.
Vasallo espera que esto quede en un simple acto vandálico y que no se extienda en una moda para conseguir piezas de bronce, con esculturas que están en la calle, y encontrar un sitio para su fundición. Para ella, esto le ha supuesto un enorme disgusto, porque pasar por ahí ya no es lo mismo, «me falta algo».
«Espero que esto levante conciencia entre todos, porque las esculturas que están en la calle forman parte de nuestro patrimonio y hay que cuidarlas y mimarlas». Cristina Vasallo, vecina de la zona, vive con la pasión la escultura, lo que se refleja claramente en sus obras. Abogada de profesión, el arte que lleva dentro lo expresa con sus manos con trabajos con mucho sentido y sensibilidad.
Conciencia. En estos instantes, donde los problemas económicos son acuciantes, la mente humana recurre a situaciones desesperantes. Por eso, todos esperan que este lance sea una triste anécdota y el robo de obras de arte en la calle no se convierta en una mala moda. «Eso espero y deseo» comenta la artista. «Me encantaría poder recuperar a ‘el niño’, pero ya me he hecho a la idea de que será una misión muy complicada. Como dije antes, lo que más me interesa es poder crear una conciencia social para que esto no vuelva a suceder».
Santa Brígida, al igual que la mayoría de municipios de Gran Canaria, poseen un gran legado de esculturas en la calle.
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