ESTRAGOS DEL TEMPORAL MARITIMO
Neptuno, manco y desarmado
(Foto: Arcadio Suárez)
La efigie de bronce de 4 metros que se yergue sobre el mar de Melenara ha perdido fuerza. Se cumplieron los peores presagios y los embates de las olas durante la madrugada del miércoles al jueves la dejaron manca y desarmada. Le arrancaron de cuajo el brazo derecho y la parte superior de su tridente, del que sólo quedó el palo. La noticia corrió ayer como la pólvora en Telde y no fueron pocos los que se acercaron al litoral para inmortalizar al dios del mar en tal deshonra.
Pero Neptuno perdió una batalla, no la guerra. Ya le sucedió algo parecido hace años y se le repuso lo amputado. Ayer a primera hora se personó en la playa el alcalde, Francisco Santiago, para conocer los daños sufridos por la escultura, que es obra del teldense Luis Arencibia, y anunció la inmediata puesta en marcha del dispositivo tendente a reimplantarle el brazo perdido.
Deportes, Seguridad y Playas coordinarán la operación rescate. Encargarán a un equipo de buzos que inspeccione el entorno de la efigie, al final del muelle de Melenara, para ver si dan con el brazo y con la parte superior del tridente. El alcalde calculaba ayer que podían estar en el fondo en un radio de 6 u 8 metros alrededor del Neptuno, pero otras fuentes ven probable que la corriente se los llevara. En todo caso, los buzos no iniciarán los rastreos hasta que no haya buen tiempo.
Si aparecen, se le volverán a fundir a la escultura. Si no, se harán de nuevo. Al frente de esta restauración estarán tanto su autor como el también escultor Máximo Riol, que ya en su día dirigió los trabajos para reforzar la estabilidad del Neptuno sobre la roca en la que está situado. Lo difícil será el reimplante. Hay que hacerlo in situ, en el mar, no se puede arrancar de donde está.
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