La artista Ana Luisa Benítez reparará la escultura 'El limpiabotas', a la que un acto vandálico le arrancó una pieza

La parte separada del grupo de bronce está en dependencias de Desarrollo Local, según ha podido saber TELDEACTUALIDAD TELDEACTUALIDAD Telde.- La artista Ana Luisa Benítez, autora del grupo escultórico de bulto redondeo El limpiabotas, reparará esta obra que se encuentra desde noviembre de 2001 en una isleta de la zona peatonal de San Gregorio, muy cerca de la plaza del barrio comercial de Telde, y que fue objeto días atrás de un acto vandálico que arrancó el periódico que portaba uno de los dos personajes de esta creación en bronce. Según ha podido saber TELDEACTUALIDAD, la pieza que fue arrancada se encuentra en depósito en dependencias de la Dirección de Gobierno de Desarrollo Local. Ana Luisa Benítez, que participó el pasado sábado como miembro del jurado del IV Concurso de Pintura al Aire Libre de Telde, supervisó el destrozo ocasionado a su obra y se comprometió a repararla. En principio, el arreglo es bastante sencillo ya que pasa únicamente por soldar al grupo escultórico la pieza separada (periódico). El limpiabotas es una escultura ya muy popular en Telde que muestra a dos personajes: uno de ellos, en una actitud sedente, concentrado en la lectura de un periódico, mientras que uno de sus pies se apoya sobre el cajón del otro personaje, que en cuclillas, saca brilla a sus zapatos. Según el licenciado en Historia del Arte y profesor del IES José Arencibia Gil, Pedro Andrés Naranjo, de la obra resalta “el gusto de la artista por captar siempre un momento preciso de la vida de los representados; es decir, no se limita a representar el tema sino a poner en escena un instante preciso, que en este caso, es motivo del homenaje. Es una nota, que queremos resaltar de las obras escultóricas realizadas por Ana Luisa Benítez. Por otro lado, la artista se ha negado a perder totalmente la figuración; ventaja que ofrece a la hora de expresar de una manera inteligible el mensaje que nos pretende ofrecer”. Naranjo subraya también que “el viejo y desaparecido oficio de limpiabotas recobra ahora virtualidad en el enclave que fue su centro de operaciones, gracias a este logrado grupo escultórico, con el que la ciudad rinde tributo eterno a hombres como los Migueleles, Expedito Ramírez el Taco , los hermanos Juan y Manolo, Agustín el Besote y Domingo el Roío. Los limpiabotas o betuneros, aunque fueron escenas habituales, han desaparecido de la Plaza de San Gregorio, con sus cajas tachonadas llenas de betún, gamuza y cepillos. Sus manos impregnadas de una policromía entre negros, azules y marrones. Los cuerpos inclinados, sentados sobre el pequeño, casi diminuto banquillo. La conversación fácil y dicharachera. La pregunta directa, siempre en los labios limpia .Hombres como Miguel Ramón, Juan el Conejero, que también era aguador, el Palurdo, que era buen luchador, los hermanos Pulido, los hijos de Miguelín y otros sólo conocidos por los apodos como el Taco”.

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