Exordio, visto desde el aire, ya anuncia la ciudad
Luisa del Rosario / Las Palmas de Gran Canaria
La escultura Exordio (introducción), de Manuel González, se puso en pie ayer tras una intensa jornada de trabajo que incluyó el tratamiento del bronce y la colocación del brazo que se fundió a la pieza tras el traslado. Pero aún queda tarea por hacer pues le falta «la ola» de la que, metafóricamente, emerge hasta la tierra.
Entre una semana y semana y media creía ayer el escultor, Manuel Gonzaléz, que tardará la figura en estar «completa». El artista, que «por fin» estaba «más tranquilo» al poder contemplar su obra en pie, después de «tres meses tumbada» en la fundición, espera que cuando se complete sea «más espectacular» de lo que ahora le parece.
«Yo confío mucho en esa parte de la obra. La ola es muy plástica», dijo González.
Hasta pasado el mediodía no se pudo ver el cuerpo del mitológico mensajero de las profundidades del mar en pie. A primera hora el escultor y su equipo trataron el bronce fundido del que está hecha la pieza con la patina verde que le da ese color característico a este tipo de esculturas. Después vendría otra parte delicada del trabajo: adosarle el brazo que, por sus dimensiones, no pudo fundirse en el taller pues hubiera imposibilitado el traslado.
Pero para esto la escultura, que permanecía boca abajo, debía ser vuelta del revés.
Hasta bien entrada la tarde de ayer los operarios seguían trabajando para que, ya en pie, la escultura quedara fijada al soporte sobre el que se erige.
Preguntado por si ya tenía la sensación de que Exordio y el horizonte se «querían», como él mismo había expresado con anterioridad, afirmó que parecía que sí, pero que sería mejor cuando la escultura estuviera completa.
El Tritón -sin la ola-, pesa algo más de cinco toneladas. Sólo el bronce con el que se ha fundido ha costado alrededor de 60.000 euros.
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