Los colegas de Chirino tildan de gravísima la agresión a su obra
Carmen Delia Aranda 
/ Las Palmas de Gran Canaria
Escultores como Juan Antonio Giraldo, Juan Bordes, Leopoldo Emperador o Juan Correa expresaron ayer su estupor por la mutilación realizada por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife a una obra del reconocido Martín Chirino. Todos coinciden en calificar lo ocurrido como una gravísima falta de respeto hacia el arte público.
Los que ya conocían la noticia hace meses siguen sin salir de su asombro. Los escultores que se enteraron ayer por este periódico de la mutilación sufrida en 2009 por la obra El sueño de los continentes, de Martín Chirino, al principio estallaron en risas incrédulas, luego dieron rienda suelta a su indignación. Unos y otros consideran que esta es una muestra evidente de que el arte público no es nada respetado.
El presidente de la Asociación Islas Canarias de Artistas Visuales, Alfonso Crujera, tuvo conocimiento del hecho en noviembre, en un encuentro de los artistas canarios con un representante de Vegap. Esta sociedad de gestión de los derechos de artistas visuales ha interpuesto una demanda al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife de medio millón de euros en concepto de indemnización por la mutilación de la obra del reconocido escultor canario.
«La obra la defiende la Ley. Está penalizado que cualquier obra sea modificada o destruida», indicó Crujera, que recordó que otra pieza de Chirino, Lady Harimaguada, fue manipulada por el Ayuntamiento de la capital grancanaria para evitar que indigentes se cobijaran bajo ella.
También recordó el episodio de la desparición del Reina Sofía de la obra de Richard Serra, Equal-Parallel-Guernica-Bengasi, de más 38 toneladas de peso o el caso de una escultura de Chillida vendida a un chatarrero en Getafe por 30 euros. «La obra de arte no es muy respetada. Ni para elegirla, ni para conservarla», aseguró.
La sorpresa del escultor Juan Antonio Giraldo al conocer el trato que recibió la escultura de su colega fue mayúscula. «Es terrible porque, en este caso, se trata de un organismo oficial. Deberían haber metido en la cárcel al autor de esta locura y luego hacerle un juicio sumarísimo. Es alucinante. Nos agrede a todos», comentó el artista que recordó agresiones famosas, como el traslado forzoso que sufrió una escultura de Chillida a manos del alcalde de Madrid de entonces, Carlos Arias Navarro, o el pleito que ganó Pablo Serrano por la desaparición de una escultura que tenía en un hotel malagueño. «No es un asunto de dinero, es una cuestión de dignidad», dijo Giraldo que lamentó que estas cosas pasen en el siglo XXI. «Creo que deberían encargarle otra y mandar a las galeras a los que hicieron este despropósito», añadió.
Para el escultor Leopoldo Emperador, el caso de Chirino demuestra que estamos en un «momento de dejación total. Al final esto no pertenece al ayuntamiento de turno sino que pertenece al ciudadano y parece que tampoco le interesa», afirmó el creador, que tiene una obra en Arrecife llena de graffitis. «Ahora le llaman arte urbano», ironizó.
Para el escultor Juan E. Correa, lo sucedido a la obra de Chirino no tiene explicación. «Es un grave ataque al patrimonio artístico y más aún cuando se trata de uno de los artistas más reconocidos y relevantes de Canarias. Si esto se lo hacen a él, ¿qué nos espera a nosotros, los artistas jóvenes?», se pregunta el creador asombrado por el catetismo exhibido por el Ayuntamiento santacruceño.
Igual de estupefacto se quedó Manuel González que calificó la actuación municipal de «temeraria». El escultor dijo que «es normal que algunos gamberros rompan las obras y que se tengan que arreglar. Eso entra dentro de lo imaginable, pero lo que le han hecho a Martín entra dentro de lo inimaginable».
En opinión de Juan Bordes, lo ocurrido es un signo de la falta de respeto que sufre el arte público. «Es gravísimo. Si no le demuestran respeto a Chirino, apaga y vámonos».
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