El día 28 de diciembre de 1731 nacía en Realejo Alto (Tenerife) José de Viera Clavijo, una de las personalidades más importantes de la cultura canaria del siglo XVIII.
Tuvo una excelente formación humanística y teológica y fue ordenado sacerdote en Las Palmas de Gran Canaria en 1741.
Estuvo primeramente de párroco en La Laguna y se incorporó a la tertulia ilustrada del marqués de Villanueva del Prado. En 1770 marchó a Madrid y, dos años después, apareció el primer tomo de su obra más importante, la que le ha dado más fama: Noticias de la historia general de las islas de Canarias, que trata de geografía, antropología, historia, política, etc. de esa región española. La obra no apareció completa hasta después de once años.
En la capital de España entra al servicio del marqués de Santa Cruz como preceptor de su hijo, lo que le permite viajar por España y numerosos territorios europeos. De vuelta a nuestro país, en 1784 es nombrado arcediano de Fuerteventura en la Catedral de Canarias y retorna, en 1785, a Las Palmas de Gran Canaria hasta su fallecimiento.
Considerado el representante más significativo del movimiento ilustrado en Canarias, se codeó con lo más granado de la intelectualidad española: Melchor Gaspar de Jovellanos, Juan Meléndez Valdés, Antonio José de Cavanilles (el más eminente de los botánicos españoles), etc.
Su obra es muy extensa: realizó traducciones y se interesó por la historia, la poesía, novela, teatro y ciencia.
Compuso varios poemas didácticos sobre ciencias experimentales: Al globo aerostático, Las cuatro partes del día, Los aires fijos (1779), etc. Desde el punto de vista biológico utilizó sus conocimientos de química e historia natural, aplicados al estudio de las particularidades zoológicas, botánicas y mineralógicas de las islas. Fruto de aquéllos escribió el Diccionario de Historia Natural o Índice Alfabético Descriptivo de sus tres reinos Animal, Vegetal y Mineral (1799-1810), el Catálogo de plantas indígenas de Canarias (1808) e incluso, un poema titulado La boda de las Plantas (1804) en el que se pueden leer versos como los siguientes:
“No lo dudéis, la Flor es una boda;
el cáliz es el tálamo y el lecho;
los pétalos, lucidos y de moda,
son las cortinas, que al capullo han hecho,
y el gran misterio encubren; aula toda
se perfuma de olores hasta el techo;
y el néctar, que la abeja allí codicia,
es el pan de la boda y la delicia”
Viera fue la primera persona que apuntó la posible creación de un Jardín Botánico exclusivamente dedicado a la flora Canaria. En la actualidad, el Jardín Botánico de Las Palmas, el más grande de España, lleva su nombre.
Falleció en Las Palmas el 21 de febrero de 1813.
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