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Esculturas en Gran Canaria

ESCULTURA LA CHELISTA HOMENAJE A LA MUSICA

ESCULTURA LA CHELISTA HOMENAJE A LA MUSICA

fotografia de: http://www.analuisabenitez.com/menu.html 

SITIADO EN UN LATERAL DE LA IGLESIA DE AGUIMES

OBRA DE ANA LUISA BENITEZ

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Imar -

HOMENAJE A LA MÚSICA

Hoy amanece temprano,
el pueblo aún descansa,
el silencio de la madrugada
ha alargado su paso,
esperando las respuestas
de las hijas del campanario.
Oasis desierto,
los callejones dormidos;
Sus adoquines relajados,
no pisados,
limitados por los quicios.

Mi plazoleta, mi jardín, mi puesto...
Su belleza realzada
por la tranquilidad de las casas,
no hay coches, no hay individuos...
Todo está en calma.

El espacio mi escenario,
yo siempre sentada
con mi instrumento de cuerda,
moldeando melodías del ayer que se aleja.

No cubro mi cuerpo,
sola yo con mi desnudo,
protesta hacia la mentira,
la falsedad, lo confuso.

Amanece y Agüimes despierta,
se escuchan los primeros pasos
de los cansados ancianos,
que despiertan con el primer canto del gallo.

Juzgados por las arrugas,
su leyenda, su historia...
Que se han forjando desde su infancia,
desvanecida ya en sus memorias.




En la plazoleta sola yo,
sin ropas huyendo de todo,
del vaivén de los coches,
del ruido, del enojo...
En una burbuja de sonidos
que conjugo a mi antojo.


Apasionada y devota
al arte de mis cuatro cuerdas;
Donde conjugar el amor;
donde conjugar las penas,
del hoy que se ha hecho ayer,
del pasado que se aleja.


La música mi compañera,
mi familia, mi vida...
La expresión de mi interior;
Mis sentimientos,
mi furia, mi intriga...
Melodías para el pueblo
con lagarto de insignia.

A lo lejos se oyen suspiros,
el cantar de los amantes;
“Aspectos del amor”,
que retumban y se propagan
por el eco del “Callejón del Reloj”.


Mi mirada perdida,
ansiando amaneceres tempranos,
donde el pueblo duerme;
Donde calla el ser humano;
Para sentirme libre,
para seguir soñando.
Una herida profunda;
La falta de respeto,
la falta de cultura,
que humillan a mi cuerpo;
Cuerpo de mujer desnuda.

¡Sí a mi pueblo!
¡Sí a mis paisanos!
¡No a la violencia de lo inapropiado!
¡Qué golpea mi rostro!
¡Qué me corta las manos!
¡Atentado a mi instrumento
que tantas notas ha creado!

Invisibles los lazos
que me unen a este pueblo:
Su iglesia, sus calles,
sus monumentos, su tranquilidad,
sus misterios...
De los restos de aborígenes
que existieron hace milenios.

Cada noche llega mi descanso
y el de mi violonchelo,
para que Agüimes se acueste,
para que tenga dulces sueños,
arropado por la paz
y el arroró del viento.

Aquí quedo yo,
la mujer de Benítez;
La mujer desnuda,
con mis manos artesanas
haciéndole “Homenaje a la música”.