Humanista vocacional, latinista insigne, tenaz investigador, paleógrafo solvente, sabio conferenciante, preclaro catedrático, escritor de limpia prosa, Millares Carlo es toda una estelar personalidad en la vida universitaria española, mejicana y venezolana, según palabras de Joaquín Artiles. Nace en Las Palmas de Gran Canaria el 10 de agosto de 1893. En 1899 inicia sus estudios en el colegio de la Sagrada Familia para continuarlos en la escuela que, en el Hospital San Martín (donde se encontraba ejerciendo su tío, el médico Luis Millares), tenían las Hermanas de la Caridad. Pasa luego al Colegio San Agustín, y en 1909 obtiene el título de Bachiller. Se traslada entonces a la Península para cursar estudios en la Universidad Central de Madrid, aconsejado por don Marcelino Menédez Pelayo, amigo de su progenitor, Agustín Millares Cubas. Allí se matricula en las Facultades de Derecho y Filosofía y Letras (al igual que hiciera su padre en la Universidad de Barcelona), carreras que simultanea, para terminar finalmente sólo la de Filosofía y Letras. En Madrid, Tomás Morales y Enrique Díez-Canedo lo presentan en la sociedad del Ateneo madrileño. Establece también en esta época una estrecha amistad con José Franchy y Roca, tío político suyo, casado con Rosa Millares Cubas. En 1913 obtiene el título de Licenciado en Filosofía y Letras y comienza su carrera docente como profesor auxiliar. Al año siguiente se doctora con su tesis Documentos pontificios en papiro de Archivos Catalanes. En 1915 se adjudica por oposición la Cátedra de Latín recién instaurada en el Ateneo, y poco después se crea para él otra de iguales características en la Residencia de Estudiantes. En 1916 es nombrado catedrático de Latín en el Instituto General y Técnico de Las Palmas. En 1921 accede a la Cátedra de la Universidad de Granada y en 1923 obtiene la plaza de Conservador para el Archivo del Ayuntamiento de Madrid. Al año siguiente se le nombra director del Instituto de Filología de Buenos Aires. Cuando en 1926 accede a la Cátedra de Paleografía de la Universidad Central de Madrid simultanea la docencia en esta materia con la de Lengua Latina, hasta 1936. Entre 1931 y 1933 se dedica a la política, aunque siempre en un segundo plano, pues prevalece su labor investigadora. Su candidatura se presentará por Acción Republicana como Diputado a Cortes por Las Palmas, aunque retiró su nombre con posterioridad. En 1934 se le nombra académico de la Academia de la Historia. Su discurso versaría sobre los Códices de la Catedral de Toledo. Dos años después ocupa el cargo de Secretario de la Facultad de Filosofía y Letras, en plena Guerra Civil, pero a finales de este año traslada su residencia a Hendaya. Allí, en 1938, el presidente del Gobierno Juan Negrín le concede un viceconsulado en México, al que se incorpora tres meses antes de terminar la guerra. Al finalizar ésta el nuevo gobierno le separa de su cátedra. Durante el periodo de diecinueve años comprendido entre 1939 y 1958 imparte docencia de Paleografía y Lengua y Literatura Latinas en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México). Se dedica también a la edición de libros y, en colaboración con Franchy y Roca, prepara una edición de El Quijote para la Editorial Séneca dirigida por José Bergamín. Se traslada a Venezuela y entre 1959 y 1974 imparte docencia en la Universidad de Zulia, a pesar de que en 1963 sería repuesto en su Cátedra de Paleografía en la Universidad Complutense (antes Central) de Madrid. En Venezuela, a partir de este año (1963), va a recibir una serie de galardones y reconocimientos a la ingente labor desarrollada en el país americano: es nombrado Académico Correspondiente de la Academia Nacional de Historia de Venezuela y dos años después, en 1965 , Doctor Honoris Causa por la Universidad de Zulia. En 1974 recibirá la condecoración de la Orden de Francisco de Miranda (una de las mayores distinciones oficiales de Venezuela). También en Canarias se reconoce su labor. En 1970 recibe el título de Hijo Predilecto de Las Palmas y seis años después es investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de La Laguna (Tenerife). En 1975, tras la muerte del General Francisco Franco, se produce el regreso definitivo a su ciudad natal, donde será el Coordinador General del Plan Cultural de la Mancomunidad de Cabildos y docente de Paleografía y Diplomática en el Centro Asociado de Las Palmas de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), desde 1978 y hasta su fallecimiento el 8 de febrero de 1980. En este centro, a su vez, fundará el seminario que lleva su nombre (1979). En el año 1976 encabeza el homenaje a Franchy y Roca para repatriar sus restos mortales a Gran Canaria. Asimismo pone nuevamente en vigencia el Partido Republicano Federal consiguiendo su legalización. Como Presidente del mismo acudirá a las elecciones municipales de 1979 en coalición con Unión del Pueblo Canario (UPC), aunque desestima el ofrecimiento de dedicarse a la política activa, como ocurriera con anterioridad. El Edificio de Humanidades de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (U.L.P.G.C.) lleva su nombre. Murió en Las Palmas de Gran Canaria, el 8 de febrero de 1980. Una muy breve selección de sus estudios: En 1919 publica: Poemas de Tibulo, los Textos Escogidos de Esquilo, Sófocles y Cicerón y Cuestiones académicas de Cicerón. También da a conocer su estudio Contribución al Corpus de códices visigóticos y Cartulario del Monasterio de Ovila, un trabajo que se verá editado en sucesivas entregas entre 1927 y 1936. En 1929 aparece su Tratado de Paleografía (con una edición ampliada en 1932) y comienza la elaboración de Ensayo para una bioBibliografía consultada de escritores naturales de las Islas Canarias en los siglos XVI, XVII y XVIII, obra de importancia excepcional, de la cual realizaría revisiones a lo largo de toda su vida. Recibe el premio Biblioteca Nacional de Madrid por su estudio Historia de la imprenta en Barcelona, en 1935. De 1950 datan sus Investigaciones Bibliográficas Iberoamericanas. Época colonial. En 1953 publica Juan Pablos, primer impresor que a esta tierra vino, que contiene importantes aportaciones sobre tipógrafos y las obras impresas en el siglo XVI. En 1954 edita Bibliografía consultada mexicana del siglo XVI. El Museo Canario publica en 1970 su Poemario, un conjunto de poemas propios, escritos entre 1915 y 1925. En 1971 salen a la luz sus Contribuciones documentales a la historia de Madrid, fruto de su actividad como Conservador del Archivo. Y, en 1975, comienza a publicarse la ingente obra que llevara a cabo en colaboración con Manuel Hernández Suárez y con la ayuda de su sobrino Agustín Millares Sall: BioBibliografía consultada de autores canarios de los siglos XVI, XVII y XVIII, cuyos tomos finales se publicarían póstumamente. |
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